Iremos juntos con Palestina
- Mtra. Oli
- 30 jul
- 3 Min. de lectura
La música es un lenguaje antiguo, universal. Una voz que se niega a que el silencio sea una imposición. Por eso, en Musicar elegimos no callar. Elegimos hacer del arte un lenguaje de conciencia, por que no somos indiferentes al dolor de otr@s.
Alguien podría preguntarse en qué ayuda que nuestr@s niñ@s bailen por Palestina. Nosotr@s creemos que toda acción tiene un origen en algún lugar; la desición de herir a otr@ o la decisión de ayudarle, nace en un lugar donde se ha sembrado una creencia, la cual se afirma dentro de un entorno. En Musicar creemos fervientemente que sembrar semillas de empatía, de consciencia, de amor y respeto por el prójimo es lo que, en algún momento determinado ayudará a hacer la diferencia.
Por eso no enseñamos música solamente como técnica. Lo que queremos es que ell@s entiendan que la música es una forma de expresar, un modo de comprender.
Es nuestro interés que nuestr@s niñ@s crezcan queriendo ser parte de un mundo de paz, queremos que elijan hacer el bien, que se atrevan a levantar la voz por las causas justas. Queremos que entrenen la confianza en sí mism@s y que descubran que tienen en sus manos el poder de cambiar las cosas que no les gustan.
En este video, l@s niñ@s del proyecto Musicar interpretan coreográficamente y con una emoción contagiosa la canción “Ana Dammi Falastini (Mi sangre es Palestina)”, usando algunos pasos de dabke, una danza tradicional árabe que ha perdurado como símbolo de identidad y resistencia del pueblo palestino frente al asedio y la ocupación.
Iniciamos con una consigna inicial, una señal celebratoria: “Iremos juntos”. Porque desde la energía de la alegría, podemos conquistar la fuerza que necesitamos para resistir a la injusticia.
La dabke que incorporamos cuando inicia la canción palestina no es solo una expresión artística: es una forma de preservar la historia, la memoria y la unidad comunitaria. En el contexto global actual, donde este pueblo de Medio Oriente continúa bajo amenaza, dicha danza se convierte en un acto de dignidad cultural.
A través del ritmo, los pasos y la coordinación grupal, est@s niñ@s demuestran destrezas musicales y rítmicas, y también inteligencia emocional, solidaridad y camaradería. Una camaradería que se nota, incluso, en el momento en que un@ de l@s alumn@s comparte a su tocay@ su pañuelo, para que pueda levantarlo al final del acto.
Este video evidencia cómo el arte puede ser una herramienta pedagógica para interpretar el mundo, sembrar conciencia social y fortalecer vínculos comunitarios desde la infancia. Queremos que crezcan sabiendo que el mundo no se transforma solo con ideas, sino con gestos, con expresiones sensibles, estéticas. Que el arte no es evasión, sino compromiso. Que su voz —y su danza— tienen la fuerza de cambiar lo que no les parece justo.
El baile y la música, en manos de est@s pequeñ@s, se transforman en un lenguaje poderoso que construye una visión del mundo más comprometida, ecuánime y humana. Y, sobre todo, l@s pone de frente al mundo sin perder la energía de la inocencia… tan necesaria para sobrevivir a nosotr@s mism@s en estos días.
Créditos del video:
Música: “Iremos juntos”, por Timbiriche + “Ana Dammi Falastini (Mi sangre es Palestina)”, por Mohammed Assaf
Coreografía e interpretación: Niñ@s de Musicar
Producción y coreografía: Giselle Gastélum & Olivia Hernández Márquez
Dirección: Olivia Hernández Márquez
Mezcla: Esteban López
Textos: Olivia Hernández Márquez




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